miércoles, 11 de febrero de 2009

Saraswati Puja



Me gusta ver la religión Hindú como una religión amable, con fieles amables y dioses amables. En este comglomerado politeista destacan varios dioses, y entre ellos Saraswati. Os pongo el enlace a la wikipedia así podeis leer sobre saraswati:






Mi compi de curre y yo, inseparables los siete días de la semana, acordamos tácitamente cumplir rigurosamente con los preceptos que sugiere la religión Hindú para acudir a la adoración de Saraswati. Esto es, ir en ayunas, tanto de agua como de alimento sólido.




En cierto momento de la ceremonia, mientras los sacerdotes recitaban los mantras, uno de los novicios comenzó a derramar con las manos a modo de isopo agua del ganges a los fieles. Esto malamente sustituye y justifica el no poder ir al ganges a tomar el baño sagrado. Para mi fue emocionante ver como se transformaban los rostros de los fieles cuando les tocaba el agua, que apresuradamente trataban de extender con las manos, por los brazos, cuello, frente, por todos los poros de su piel para que la bendición de la diosa llegara a todos sus átomos. Ojos cerrados, y sonrisa placentera y reparadora, y la diosa ya estaba dentro de ellos para que sus propositos de conocimiento para el año entrante se vieran satisfechos.

Al terminar la ceremonia, los sacerdotes y algunos fieles ayudantes, repartieron a los presentes un plato con trocitos de fruta, que aunque ya algo caliente y pasada, nos refrescó un montón. Así mismo, y en otro lugar del edificio, repartian unos embases de plástico con una mezcla de arroz y patatas, comida muy especial en ese día señalado.


Después de eso fuimos a casa del gran Rabisankar Pal, conocimos a su familia y comimos allí. Fue muy agradable escuchar a su tía, mujer de edad avanzada con una larga trayectoria vital, hablando del pasado de la india, de sus viajes por Europa, de sus recuerdos, quizá anhelos. Su madre, bellísima a los 70 años, con una sonrisa a los Adrey Hepbur (o como se escriba), y su tío, casí Tagore por lo profundo de sus palabras.


No dejeis de ir al jardín botánico, un remanso de paz, que no parece que este en Calcuta. Por cierto, allí encontrareis el arbol más grande del mundo según el Guinnes ese, un Ficus Bengaliensis.














1 comentario:

Reailia dijo...

Jo, que envidia. Conocer a la familia de Rabi. Eso si que es un lujo y un regalo. Díle que me lo debe la próxima vez que vaya. Que no se lo perdono.

Besos a los tres: Rabi, Manex y a tí